domingo, 4 de septiembre de 2011

¿Quién cómo Dios? Nadie como Él

A mi mente viene el recuerdo de aquella frase salida de los labios del Cristo de San Damián, una imagen que tanto le gusta contemplar a San Francisco de Asís, a quien delicadamente le dijo: ¡Francisco, anda, repara mi Iglesia! Al principio el santo de Dios pensó que tenía como misión reconstruir templos, sin embargo, al paso del tiempo, atento a los acontecimientos de su realidad y en la intimidad de la oración, comprendió que la Iglesia que tenía que reparar iba más allá de la reconstrucción física. Francisco fue llamado a reparar la Iglesia de carne y hueso, una Iglesia mucho más cercana a los fieles, Iglesia comprometida con el mundo, que hiciera palpable en la historia el Reino de Dios. Vaya tarea para el Santo de Asís. Quien como ha dicho en su Regla de vida a los seglares franciscanos: “Anuncien a Cristo con la vida y la palabra, pasando de la vida al Evangelio y del Evangelio a la vida”. Es decir, Anunciar el Reino de Dios con actitudes evangélicas, con un testimonio de vida que garantiza que el encuentro con Dios está convirtiendo la vida del creyente, con la finalidad que ya desde ahora, estemos haciendo presente el Reino de Dios, como un preámbulo de lo que nos tiene preparado el Señor en la vida eterna.

Dios en su infinita sabiduría y en su infinito amor, quiso que los franciscanos fueran la base de la evangelización en México, los tres que llegaron primero fueron fray Juan de Tecto, fray Juan de Aora y fray Pedro de Gante, un año después llegarán los llamados “primeros doce”, encabezados por Fray Martín de Valencia. Pero aún más, el Valle de Toluca tiene sus cimientos evangelizadores en los mismos Franciscanos, convirtiéndose Zinacantepec en un lugar especial ante los ojos de Dios, que en su infinita bondad nos permitió ser junto a Toluca y Metepec, los primeros y principales centros de evangelización. Las raíces de nuestra fe están en la espiritualidad y el carácter franciscano; esto lo han olvidado algunos historiadores, quienes han valorado más el aporte artístico y arquitectónico del Templo Parroquial y del Convento, convertido hoy en un museo, que no logra expresar en su totalidad la historia evangelizadora de nuestra comunidad. Su olvido sobre toda la obra evangelizadora, espiritual, misionera y de fe, no ha dado el justo valor que merece la historia de nuestra comunidad. La aportación que hace la historia de Zinacantepec al mundo,  es sin duda alguna,  su comprimiso apostólico por anunciar al Dios de la vida, al Dios Uno y Trino, Dios de amor, que ha hecho maravillas en su Pueblo. La misión dirigida a San Francisco sigue presente en la vida pastoral de nuestra comunidad, “reparar la iglesia”, una frase que invita a la continua renovación, a la continua revitalización de nuestra Parroquia. Actualizar el mensaje de Jesucristo en el tiempo que nos tocó vivir, y asumir con valentía la misión que dio a Francisco, por ser cada uno de nosotros, nos guste o no, continuadores de esta tradición.
En este camino de revitalización parroquial, la misma tradición espiritual franciscana nos ha regalado dos protectores especiales. Cómo olvidar la fe tan grande de San Francisco a los ángeles, especialmente a San Miguel Arcángel, a quien le dedicaba una novena especial, era la fiesta más importante que celebraba el pequeño de Asís, después de la natividad de Nuestro Señor Jesús y de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Y precisamente nuestra Parroquia por inspiración del Espíritu Santo fue confiada a San Miguel Arcángel, quien nos defiende en esta lucha, de hacer presente y vivo el Reino de Dios, por eso, a qué tener miedo, si estamos plenamente protegidos. Los tiempos que vivimos, los filósofos lo han llamado tiempos posmodernos, o “era del vacío” según Gilles Lipovetsy, un tiempo donde lo que impera es un relativismo moral agudo, donde el principio ético que sobresale es: "se prohíbe prohibir, haz lo que quieras". Tiempos de ausencia de sentido de vida, donde lo único que queda es vivir el presente sin ideales, sueños y utopías, basta sólo pensar en el beneficio personal ególatra y en dar rienda suelta a las pasiones. Tiempo que algunos han denominado el momento de la revancha de los brujos que quieren aspirar a gobernar la vida de los hombres, es decir, esta nueva religiosidad new age donde el hombre egoísta e individual prepara su cóctel religioso como él quiere, puede en un solo día asistir a misa, después ir a la limpia con la bruja, llegar a casa y escuchar los horóscopos, por la tarde ir al tarot y la yoga, ya por las noches rezar o rociar del agua que la bruja le dio para sacar la mala vibra de la casa. La posmodernidad es peligrosa porque el hombre anda desencantado y vacío de sentido de vida. Y en esta realidad vamos acompañados por San Miguel Arcángel para transformarla, para hacer presente el Reino de Dios, un Reino que nos hace ser conscientes que vale la pena vivir, que hay sentido de vida, pero sobre todo, que el amor que Nuestro Dios Uno y Trino nos ha regalado es para compartirlo, para iluminar nuestra realidad de odio y violencia por una nueva "civilización del amor", como le gustaba decir al Papa Juan Pablo II, una civilización nueva, donde todo hombre tiene la necesidad de ser amado.
Pero por otro lado, los franciscanos nos heredan a otra protectora, la dulce María Santísima en su advocación de los Dolores del Rayo, que estando ahí en la cruz, la presenta Jesús como una discípula, a los pies del Maestro, viendo como el amor se entrega a los hombres en su máxima expresión; y ella ahí de pie, ya no contemplando al Hijo, sino al Amor que está llevando a los hombres a la salvación en la Cruz, y que en la Resurrección ese amor llega a su plenitud total. Pero es una discípula firme, con voluntad, con esperanza, con carácter, resiste al dolor y acepta comunicar la experiencia del amor a los demás. Por eso, a qué tener miedo en esta vocación a “reparar la Iglesia”, a qué temer en esta revitalización de la parroquia. Si en nuestra comunidad ha querido el Espíritu Santo derramarse con tanta fuerza que ha permitido que la fe siga cada día creciendo, haciendo maravillas en las vidas de los hombres de esta comunidad. A qué temer…
La Parroquia de San Miguel Arcángel de Zinacantepec, con estos dos custodios de nuestra fe, debe aprender a mirar alto, como lo había dicho en una ocasión el Pbro. Pablo Jiménez Martínez q.e.p.d. “Ser una comunidad de comunidades abiertas al amor de Dios, con la finalidad de hacer presente el Reino de Dios en el mundo; por eso luchen, prepárense, estudien, trabajen, sueñen, aspiren, que con la Gracia de Dios miren hacia lo más alto y transformen los criterios de este mundo en criterios evangélicos de paz y justicia. Los católicos hacen falta en la política, en la educación, en la administración... para promover el respeto de la dignidad humana”. Y que hace poco nuestro Párroco el Pbro. Ramón Mares lo vuelve a expresar con otros bríos: “vuelen hacia lo más alto como los águilas, trasciendan, sueñen; no sean como las gallinas que comen maíz siempre viendo hacia abajo; vuelen, vuelen muy alto”. Y efectivamente,  nuestra historia espiritual y de evangelización nos proyecta a volar, mirar ampliamente la realidad y hacer una experiencia radical de nuestro encuentro con Jesucristo vivo, que transforma y que nos hace gritar a los cuatro vientos que ¡vale la pena vivir! ¡Que vale la pena darlo todo para que la comunidad crezca y vuele! Pero no es fácil, tenemos que entrar a una dinámica de metanoia, de un cambio radical en nuestra manera de pensar, en nuestra manera de formarnos, en nuestra manera de evangelizar y en nuestra manera de ser. Tenemos que dejar de anunciarnos a nosotros mismos y anunciar a Dios con el único interés de hacer visible en las entrañas de nuestra realidad el Reino de Dios.  Movimientos parroquiales, Asociaciones religiosas, Secciones, Grupos de apostolado, Agentes de Pastoral, necesitamos revitalizar nuestras estructuras, renovarnos, estar a la altura de los tiempos para poder hacer presente el Reino de Dios a esta realidad posmoderna, que tiene su vulnerabilidad en el amor, es una realidad que no sabe amar y vive herida en el amor; pero que con la fuerza del Espíritu Santo podemos hacer maravillas, guiados por la presencia, el ánimo, la coordinación, la formación y la oración de nuestro Párroco el Pbro. Ramón Mares Olmos, que desde el día que llegó a la parroquia nos ha metido en una dinámica de compromiso por anunciar el Reino de la vida y del amor, con voluntad firme, con creatividad, responsabilidad, libertad, madurez, estudio, carácter;  porque nuestro pastor quiere que volemos, que dejemos crecer nuestras alas para tener una experiencia de Cristo a prueba de balas. Obedientes a la Iglesia, al Papa, a nuestro Obispo Diocesano, quienes guían y nos orientan por qué caminos hay que seguir. 

Nuestra historia, desde los años 50 del siglo pasado ha cambiado, desde que Toluca queda eregida canónicamente como diocesis; poco a poco nos hemos ido renovando, de 1940 a 1950 quedan constituidas en la parroquia las primeras asociaciones religiosas, la sección de la Adoración Nocturna, la Acción Católica y la Orden Franciscana Seglar. En los años 80´s y 90´s el grupo de Jesús te Llama se consolida en la organización de la representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor. Y con la iniciativa del Pbro. Pablo Jiménez, surge el Consejo Parroquial, el grupo de jóvenes Padrinos del Niño Dios, Los Encuentros Conyugales, La Renovación Carismática en el Espíritu Santo, ACAN entra con fuerza en la evangelización infantil, La escuela de Pastoral se consolida, y surgen los coros de jóvenes, así como una formación doctrinal muy fuerte. Con el Pbro. Carlos Morales, se respira un aire de alegría especial, la catequesis infantil va dando muy buena forma, así como los retiros de papás, la Onda Juvenil Católica tiene su nacimiento, así como la madurez de los jóvenes y los Matrimonios de Renovación. Se restaura el Templo, quedando hermoso en su estética. En los últimos años, con la presencia del Pbro. Víctor Manuel González, se hace presente la misión pasionista, dejando como herencia, las asambleas familiares. Así como la presencia de María siempre Virgen, quien logra formas las socias y los socios llamados caballeros de San Miguel.  Además va cobrando forma la Misión permanente. Y se logran culiminar las obra de las capillas del Barrio de Santa María y del Señor de la Misericordia.   

Hay cosas importantes que se pueden pasar, pero con esto quiero sintetizar el gran amor que Dios nos tiene, por eso, qué miedo tener para renovar nuestras estructuras en la Evangelización. Ahora comenzamos otro camino, bajo la sabiduría, el cuidado y el amor del Pbro. Ramón Mares Olmos que nos ha traido el anuncio del Reino del Amor, de la trascendencia y de la necesidad de llevar a Jesús hacia los que no lo conocen. Esto exige romper con muchos tradicionalismos, costumbrismos y posturas fijas y rígidas que muchas veces van en contra del Evangelio, porque urge abrir las puertas a la realidad, una realidad que exige padres de familia, hijos, estudiantes, profesionistas, amas de casa, trabajadores que lleven a Cristo en sus acciones, que lleven a Cristo para hacer tranformaciones en el mundo que nos ha tocado vivir. Pero sólo se puede lograr si nos atrevemos a renovar y a ser sinceros y auténticos en nuestro apostolado, porque somos servidores de Dios, Él es el protagonista, nosotros sólo somos instrumentos, no seamos piedra de tropiezo para quien es sincero en su caminar, hay que atreverse a formar, pero mucho más, hay que atreverse a morir a nosotros mismos, para Cristo viva en nosotros y el único interés evangelizador sea: transformar esta civilización de muerte y desamor, en una civilización de la vida y del amor.
Este blog quiere ser expresión de encuentro que tiene la comunidad parroquial con Dios, un medio de evangelización permanente, abierto, con la idea de hacer presente el Reino de Dios desde los medios de comunicación contemporáneos, buscar la utilización del Internet como un instrumento que da vida.
Qué Nuestro Dios Uno y Trino bendiga este proyecto, que sea Él quien guie los pasos para que sea efectiva la proclamación de su misterio de Amor. Bendícenos y guíanos con tu gracia para no desfallecer. San Miguel defiéndenos en este lucha, porque quién cómo Dios, nadie como Él. Santísima Virgen, permite que tengamos el carácter y la vocación de ser fieles discípulos para dar mensajes de vida a la comunidad. Todo esto te lo pedimos Señor Dios Uno y trino que vives y reinas por los siglos de los siglos Amén.
José Antonio Mondragón Rosales
Coordinador del Consejo de Pastoral Parroquial
Orden Franciscana Seglar

1 comentario:

  1. HOLA! Tener de párroco al Padre Ramón Mares es una enorme bendición para zinacantepec y toda la gente de alrededor. Gracias Dios por mandarnolos

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Muchas gracias por tus aportaciones. Saludos cordiales